La LOMCE llegó el pasado curso
2014-2015 cargada de cambios que se irían implantando progresivamente, lo que
quizá pocos pensaron es el alcance que
podrían tener algunos de ellos. La nueva reforma educativa decide apartar un
poco más a Platón, Aristóteles, Descartes, Marx y compañía de los planes de
estudio, justificándose en que cuanto pensaron y escribieron no resulta útil.
Quizá, señores pedagogos y políticos,
como estudiante de bachillerato deba pedirles perdón por defender la
importancia del razonamiento y agradecerles el que año a año nos prohíban más el
pensar ya que, ¿quién quiere pensar si sólo somos humanos? ¿por qué íbamos a
querer defender aquello que nos diferencia de los animales?
Es cierto que la sociedad actual requiere de
médicos, ingenieros, informáticos pero, creo que están confundiendo el concepto,
que en teoría promulgan, de educación. Se suele entender la educación como:
"formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y
afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia
de la sociedad a la que pertenecen" pero, ¿no es de esto precisamente de
lo que trata la filosofía? Parece que los responsables de la elaboración de
este nuevo conjunto de leyes se equivocaron de acepción a la hora de buscar por
el diccionario y la entienden como una "transmisión de conocimientos a una
persona para que ésta adquiera determinada formación", y convirtiendo a
los estudiantes en un conjunto de animales a los que se les prohíbe perder el
tiempo desarrollándose moralmente.
Lo que se olvida con demasiada
frecuencia es que, durante estos años decisivos, no solo aprenden unas
materias, sino que se forman como personas. Y en esa formación hay dos
cuestiones que se deberían cuidar detalladamente: que construyan sus propios
criterios y aprendan a disfrutar. Que lean, que discutan, que escriban, que
practiquen... pero, sobre todo, que piensen; que cultiven la creatividad y la
imaginación.
Tal vez sea en este punto en el que
debamos plantearnos cuál es el verdadero fin del sistema educativo. Solamente
se ponen piedras en el camino para que los alumnos no curses asignaturas como Filosofía o
Literatura, mientras los "yo me paso a religión porque me sube la
media" aumentan año a año. Discúlpenme entonces por creer que hacen de la
educación un medio más mediante el que imponer a la fuerza su ideología.
En definitiva, esta Ley deja a un
lado lo que ellos consideran el lado "inútil", pero que humanamente
es el más útil de todos: no nos enseñan a tener unos criterios propios, unas
ideas o algo tan sumamente necesario para evolucionar como la curiosidad. Por
todo eso debo reconocer que están haciendo que la educación siga un proceso; un
proceso de decadencia.
"De la filosofía emana el
pensamiento crítico, que es el que sustenta la democracia".
Como puedes imaginar me ha gustado mucho la entrada, también el vídeo.
ResponderEliminarNo dejes de pensar y de escribir. A veces pensamos que lo de escribir es secundario, pero es importante para fijar y ordenar las ideas. Si solo escribes lo que previamente has memorizado acabas por perder una competencia (como se dice ahora) fundamental. Recuerda que según Aristóteles la virtud es un hábito que hay que cultivar (de ahí la noción de "cultura"). Ha sido un placer tenerte como alumna.
Saludos.
Muchísimas gracias Óscar, no lo haré.
ResponderEliminarun abrazo.